domingo, 28 de julio de 2013

La visión cósmica del mundo de los aztecas, el misticismo guerrero y una gloriosa visión de la muerte. (1/X)

La leyenda del quinto sol
Según el pensamiento indígena, el mundo había existido no una sino varas veces consecutivas. La que se llamo “primera fundamentación de la tierra” había tenido lugar hace muchos milenios. Tantos que en conjunto habían existido ya cuatro tierras y cuatro soles anteriores a la época presente. En esas edades llamadas “soles”, había tenido lugar cierta evolución en espiral, con la aparición de formas cada vez más perfectas de seres humanos, plantas y alimentos. Las cuatro fuerzas primordiales -agua, tierra, fuego y viento- (asombrosa coincidencia con el pensamiento clásico de occidente y del Asia) habían presidido esas edades o soles, hasta llegar a la quinta época, designada como la del sol de movimiento
Probablemente partiendo de los antiguos cultos al sol y a la tierra concebidos como principio fecundante y como madre universal, llego a concebirse una suprema divinidad dual. Sin perder nunca su unidad pues los himnos se refieren a el como Ometeotl “señor y señora de nuestra carne” el cual en una misteriosa generación y concepción cósmica ha dado origen a cuanto existen. Sin perder nunca su unidad.
El es “madre de los dioses, padre de los dioses, el dios supremo”.En un desdoblamiento de su propia realidad dio origen a los cuatro Tecazlipocas” Espejos que humean” blanco, negro, rojo y azul. Estos dioses constituyen las fuerzas primordiales que pondrán en marcha la historia del mundo El simbolismo de sus colores permite seguir su acción múltiple identificados algunas veces como los elementos naturales, son los rumbos del universo y con los periodos del tiempo que están bajo su influencia.
En un principio los hijos del dios dual obraron de común acuerdo para echar los cimientos del cielo, la tierra y la región de los muertos. Apareció así el primero de los mundos que han aparecido en tiempos antiguos. Pronto, en un afán de prevalecer trato de adueñarse de el uno de los Tecazlipcas, transformándose en sol y haciendo venir al mundo para su propio servicio a los seres humanos, hechos de cenizas y que se alimentaban de bellotas .Como consecuencia del disgusto de los otros dioses por la osadía de su hermano, intervino Quetzacoatl (el Tecazlipoca blanco) y destruyo el primer sol y esa primera tierra con cuanto había en ella. Entonces todo desapareció, todo se lo llevo el agua, la gente se volvieron peces.

Otras edades más existieron antes de la actual, según el pensamiento de los antiguos aztecas. Fueron consecuencia de otros tantos intentos de los hijos del Dios dual empeñados cada uno en destacar más que los otros.
La segunda edad o sol trajo consigo a los gigantes, aquellos seres extraños que al saludarse decían “No se caiga usted, porque el que se cae se cae para siempre”.Ese segundo sol pereció porque se cayo el cielo, y los monstruos de la tierra acabaron con todo. La tercera y cuarta edades terminaron también de un modo trágico .En la tercera época uno de los Tecazlipocas hizo llover fuego y todo fue consumido por el. La cuarta edad finalmente fue devastada por el viento que acabo todo lo que había en la tierra. Entonces fue cuando existieron aquellos seres llamados hombres mono.
La quinta edad en que ahora vivimos, la época del sol de movimiento, tuvo su origen en Teotihuacan.
Las principales características del mito de los soles es que cada edad o sol termina siempre con un cataclismo .Pro en vez de repetirse una historia fatalmente idéntica a la anterior, el nuevo ciclo ascendente en espiral va originando formas mejores, así en las diferentes eras el alimento de los hombres han sido bellotas, “maíz de agua”, algo muy parecido al maíz y maíz.(continuara...)

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