domingo, 4 de agosto de 2013

151 Desde las Simplegádas hasta Cólquide

a. Fineo había advertido a los argonautas que encontrarían unas rocas aterradoras, llamadas Simplégadas, o Planctai, o Cianeas, las cuales, envueltas perpetuamente en la niebla marítima, defendían la entrada del Bosforo. Cuando un navio trataba de pasar entre ellas se unían y lo aplastaban; pero, por consejo de Fineo, Eufemo soltó una paloma o, según dicen algunos, una garza, para que volase delante del Argo. Tan pronto como las rocas le recortaron las plumas de la cola y retrocedía, los argonautas pasaron remando a toda velocidad, ayudados por Atenea y la lira de Orfeo, y así sólo perdieron el ornamento de la popa. A partir de entonces, y de acuerdo con una profecía, las rocas quedaron fijas, una a cada lado del estrecho, y aunque la fuerza de la corriente hacía la nave casi inmanejable, los argonautas tiraron de sus remos hasta que quedaron doblados como arcos y llegaron al Mar Negro sin sufrir un desastre.

b. Siguiendo a lo largo de la costa meridional llegaron poco después al islote de Tinias, donde Apolo se dignó aparecer ante ellos entre una llamarada de gloria divina. Orfeo erigió inmediatamente un altar y le sacrificó una cabra montes como Apolo de la Aurora. A instancias suyas los argonautas juraron que no se separarían en tiempo de peligro, juramento que conmemora el Templo de Harmonía erigido luego en esa isla.

c. Luego navegaron a la ciudad de Mariandina —famosa por la sima cercana por la que Heracles sacó al perro Cerbero del mundo subterráneo— y los recibió cordialmente el rey Lico. La noticia de que su enemigo, el rey Ámico, había muerto la tenía ya Lico por fugitivos y en agradecimiento ofreció a los argonautas su hijo Dáscilo para que los guiase en su viaje a lo largo de la costa. Al día siguiente, cuando estaban a punto de embarcarse, el adivino Idmón fue atacado por un jabalí feroz que acechaba en los juncales del río Lico y le hirió profundamente en el muslo con sus grandes colmillos. Idas corrió en ayuda de Idmón, y cuando el jabalí le embistió, lo clavó en su espada. Sin embargo, Idmón murió desangrado a pesar de todos los cuidados y los argonautas le lloraron durante tres días. Luego Tifis se enfermó y murió, y sus compañeros, abrumados por el pesar, lavantaron un túmulo sobre sus cenizas junto al que habían erigido para Idmón. Primeramente el gran Anceo y luego Ergino, Nauplio y Eufemo, se ofrecieron a ocupar el puesto de Tifis como timonel, pero fue elegido Anceo, y les sirvió bien.

d. Desde Mariandina siguieron hacia el este a vela durante muchos días, hasta que llegaron a Sinope en Paflagonia, una ciudad que llevaba el nombre de la hija del río Asopo, a la que Zeus, enamorado de ella, había prometido el don que desease. Sinope, astutamente, eligió la virginidad, fijó allí su residencia y pasó el resto de su vida en una soledad feliz. En Sinope, Jasón encontró reclutas para ocupar tres de los asientos vacantes en los bancos del Argo, a saber los hermanos Deileonte, Autólico y Flogio, de Trica, que habían acompañado a Heracles en su expedición a las Amazonas, pero, habiéndose separado de él por accidente, quedaron abandonados en aquella región.

e. Luego el Argo navegó hasta más allá del país de las amazonas, y del de los cálibes forjadores de hierro, que no cultivan la tierra ni guardan rebaños, sino que viven completamente de lo que les producen sus fraguas; y del país de los tibarenos, donde es costumbre que los maridos giman, como si estuvieran de parto, mientras sus esposas dan a luz; y del país de los mosinos, que viven en castillos de madera, se acoplan promiscuamente y llevan lanzas muy largas y escudos blancos en forma de hojas de hiedra.

f. Cerca del islote de Ares grandes bandadas de pájaros volaron sobre el Argo, arrojando plumas de bronce, una de las cuales hirió a Oileo en el hombro. Al ver eso los argonautas, recordando las instrucciones de Fineo, se pusieron sus yelmos y gritaron con todas sus fuerzas; la mitad de ellos remaban mientras los otros los protegían con los escudos, contra los que golpeaban las espadas. Fineo les había aconsejado también que desembarcaran en el islote, lo que hicieron, ahuyentando a millares de aves hasta que no quedó una sola. Esa noche elogiaron su sabiduría cuando se levantó una gran tormenta y cuatro eolios asidos a una viga de madera fueron arrojados a tierra en las cercanías de su campamento. Resultó que eran Citisoro, Argo, Frontis y Melanión, hijos de Frixo y Calcíope, hija ésta del rey Eetes de Cólquide, y por lo tanto estrechamente emparentados con muchos de los presentes. Habían naufragado en un viaje a Grecia, donde se proponían reclamar el reino de Orcómeno de su abuelo Atamán te. Jasón los recibió cordialmente y todos juntos ofrecieron sacrificios sobrios en una piedra negra del templo de Ares, donde su fundadora, la amazona Antíope, sacrificaba caballos en otro tiempo. Cuando Jasón explicó que su misión consistía en llevar de vuelta a Grecia el ánima de Frixo y también recuperar el vellón del carnero de oro en el que había montado, Citisoro y sus hermanos se encontraron en un aprieto: aunque debían devoción a la memoria de su padre, temían ofender a su abuelo reclamando el vellón. Pero, ¿qué podían hacer sino ayudar a aquellos primos que les habían salvado la vida?

g. El Argo pasó luego por la costa de Fílira, donde Crono había yacido en otro tiempo con Fílira, la hija de Océano, y le había sorprendido Rea in fraganti, por lo que se transformó inmediatamente en un semental y se alejó al galope, dejando que Fílira criara a su hijo, medio hombre y medio caballo, el cual era Quirón, el centauro ilustrado. Como le repugnaba el monstruo al que tenía que amamantar, Fílira rogó que los dioses le transformasen y se metamorfoseó en un tilo. Pero algunos dicen que eso sucedió en Tesalia, o en Tracia, y no en la isla de Fílira.

h. Pronto se alzó sobre los argonautas la cordillera del Caucase y entraron en la desembocadura del ancho río Fasis, que riega Cólquide. Después de hacer una libación de vino mezclado con miel en honor de los dioses del país, Jasón ocultó el Argo en un remanso encubierto, donde convocó un consejo de guerra.

1.      Las Rocas Chocantes, Errantes o Azules, envueltas en niebla marina, parecen haber sido témpanos provenientes de los ríos rusos a la deriva en el Mar Negro; los informes acerca de ellos se combinaban con descripciones desalentadoras del Bosforo, cuya corriente, aumentada por el deshielo de los grandes ríos rusos, con frecuencia alcanza una velocidad de cinco nudos. Otras Islas Errantes en el mar Báltico parecen haber conocido los mercaderes de ámbar (véase 170.4).

2.      Los cenotafios erigidos posteriormente por colonos griegos en honor de los héroes Idmón y Tifis pueden explicar la fábula de su muerte durante el viaje. Se dice que Idmón fue muerto por un jabalí, como el Zeus cretense, Anceo y Adonis, todos reyes sagrados primitivos (véase 18.7). El nombre Idmón («sabio») indica que el suyo era un templo oracular y, ciertamente, Apolonio de Rodas dice que era adivino.

3.      Mariandina se llama así por Ma-ri-enna (palabra sumeria que significa «madre muy fecunda del cielo»), alias Mirina, Ai-mari o Marianna, diosa muy conocida del Mediterráneo Oriental, Chalybí es una palabra griega que significa «hierro» y «calibes» parece haber sido otro nombre de los tibarenios, los primeros forjadores de hierro de la antigüedad. En el Génesis x.2 se llama a su país Tubal (Tubal — Tibor) y Tubalcaín representa a los tibarenios que habían ido de Armenia a Canaán con las hordas de los hicsos. .Formas modificadas de la couvade que practicaban los tibarenios sobreviven en muchas partes de Europa. Las costumbres de los mosinos descritas por Jenofonte —cuya Anabasis había estudiado Apolonio de Rodas— son notablemente semejantes a las de los pictos escoceses y los sidhes irlandeses, tribus que fueron a Britania al comienzo de la Edad de Bronce desde la región del Mar Negro.

4.      El encuentro de Jasón con las aves del islote de Ares, ahora Puga, cerca del río  LA essab, indica que el Argo llegó allá a comienzos de mayo; navegaría por el Bosforo antes que la corriente se hiciera demasiado fuerte para hacerle frente, y llegaría a Puga en el momento de la gran migración primaveral dé las aves desde la península de Sinaí. Parece que algunas aves cansadas que habían volado a través de las montañas del Asia Menor en su camino al Volga encontraron su asilo habitual en el islote de Puga demasiado poblado y se posaron en el Argo, asustando casi hasta enloquecerlos a sus tripulantes supersticiosos. Según Birds of Egypt de Nicoll, esas aves migradoras incluyen a «cernícalos, alondras, aves de rapiña, ánades y zancudas», pero como el islote estaba dedicado a Ares, los mitógrafos les atribuyen plumas de bronce e intenciones hostiles. La expulsión de Heracles de las aves estinfálidas a una isla del Mar Negro oriental es probable que haya sido deducida de la aventura de los argonautas, más bien que lo contrario, como se supone habitualmente.

5.      La fama de Quirón como médico, docto y profeta le mereció el título de Hijo de Fílira («tilo»); también se le llama descendiente de Ixión (véase 63.d). Las flores del tilo eran muy utilizadas en la época clásica como un restaurativo, y siguen siéndolo; además, el líber, o corteza interior, del tilo, proporcionaba tablillas para escribir fáciles de manejar, y dividido en tiras se utilizaba en la adivinación (Herodoto: iv.67; Eliano: Varia Historia xiv.12). Pero la isla de Fílira se llamó así sin duda por un grupo de tilos que había allí más bien que por cualesquiera vínculos históricos con Tesalia o Tracia. Ninguna de esas islas de la costa tiene más de cien metros de longitud.

6.      Cólquide se llama ahora Georgia y el río Fasis es el Rion.

No hay comentarios:

Publicar un comentario